viernes, 30 de marzo de 2012

Los infiernos.

El reino de Hades.


Los infiernos aparecen con frecuencia en los mitos griegos, gobernados por el dios Hades, nombre que también se emplea para designar este reino como tal. Hades era hermano de Zeus y Poseidón pero por lo general se le excluía de la lista de los Olímpicos porque su reino era el polo opuesto del Olimpo celestial. En los infiernos se juzgaba el alma de los difuntos, quienes, en caso necesario, recibían su castigo en las oscuras regiones de Érebo o Tártaro; pero el inframundo también abarcaba las tierras de los muertos divinos, los Campos Eliseos o Islas de los Bienaventurados. Una tradición recogida por Homero sitúa el Hades en la región privada de sol  allende el gran río Océano que rodea la tierra, pero a medida que los griegos fueron descubriendo el mundo surgió otra tradición que lo ubicaba en el centro de la tierra y lo conectaba con el reino de los vivos a través de cuevas insondables y ríos en parte subterráneos, como el Aqueronte (río de la aflicción), al norte de Grecia. Los otros cuatro ríos infernales eran el Estige (río del odio) que rodeaba los infiernos, el Lete (río del olvido), el Cocito (río de las lamentaciones) y el Piriflegetonte (río del fuego). Caronte, el barquero de los infiernos, llevaba las almas de los muertos por el Estige y, según otros mitos, también por los demás ríos.
Entre las diversas criaturas que pueblan los infiernos destacaré una en especial, Cerbero, el guardián del Infierno y el perro de Hades. Cerbero era hijo de Equidna y Tifón, y hermano de Ortro. Cerbero era considerado un elemento permannete del Hades, poco podía causarle daño, a pesar de eso fue derrotado varias veces:



La última prueba de Heracles fue capturar a Cerbero. Según algunas versiones, Heracles pidió permiso a Hades para llevarse a Cerbero, a lo que éste accedió siempre que Heracles no hiciera daño al perro, aunque en otras versiones Heracles disparó una flecha a Hades. Tras esto, en algunas versiones Heracles luchó con el perro y lo arrastró fuera del Hades, pasando por la cueva Aquerusia, pero en otras Heracles trató con amabilidad al fiero perro por primera vez, y éste le acompañó afuera dócilmente.

Orfeo usó su música para calmarlo y dormirlo, en su incursión en el infierno para ira a rescatar a su amada Eurídice.

Hermes logró dormirlo usando agua del río Lete, cuando fue a rescatar a Perséfone.


Eneas lo adormeció usando tortas de miel con droga, cuando fue a hablar con su padre, Anquises
Y Psique también lo durmió del mismo modo que Eneas cuando accedió al infierno a buscar de un pedido que le había hecho Afrodita.





miércoles, 28 de marzo de 2012

Casa, hogar y fuego.

Hermes, Hestia y Hefesto.

El  dios Hermes y la diosa Hestia aparecen vinculados en muchas ocasiones como protectores conjuntos del hogar. Junto a la puerta de la casa griega se erigía una estatua de Hermes, que supuestamente traía buena suerte (protegía así mismo las ganancias y los hallazgos inesperados). Como se desprende de sus funciones, Hermes no era una figura de estabilidad y permanencia, al contrario que Hestia, sino de movimiento, transición e intercambio, circunstancia que que puede apreciarse en las múltiples esferas en las que se actuaba. Equivalente del dios romano Mercurio, era el mensajero de los dioses y solía representársele con sandalias aladas, petasos o sombrero de viajero, con o si alas, y cayado de heraldo, que también funcionaba como varita mágica. Era la deidad de los viajeros y la carretera y en el Ática se colocaba una estatua suya en las encrucijadas. También se le conocía como Psicopompo ("el que transporta las alma"), porque escoltaba las almas de los muertos a los infiernos, razón sin duda por la que Zeus lo eligió para rescatar a Perséfone del Hades. Muchas veces su cayado aparece adornado con dos serpientes entrelazadas, símbolo de la Tierra y de los Infiernos.

Hermes representaba la transacción y el intercambio, era el dios del mercado y el protector de los comerciantes... y de los ladrones. Este doble papel, de intercambio lícito e ilícito, se refleja en el lenguaje: era el  portador de la palabra divina a los mortales, pero también protegía las comunicaciones taimadas y corruptas, las mentiras, los falsos juramentos y engaños. Cuando en una conversación sobrevenía un silencio repentino (en otras palabras, cuando se interrumpía la comunicación), los antiguos griegos solían decir: "Esta pasando Hermes". Sus dotes de comunicación tuvieron buena aplicación en la más famosa de sus hazañas, la muerte de Argos, el monstruo de los cien ojos: lo adormeció contándole cuentos y después lo liquidó, lo que le hizo acreedor a su título mas conocido, Argifonte, "matador de Argos".

Se asociaba a Hestia, diosa virgen del hogar, con la estabilidad, la permanencia y la prosperidad, y por lo general se la representaba como una mujer austera, sentada y cubierta con una túnica. En la tradición mitológica existen pocas narraciones sobre ella, pero revestía gran importancia simbólica y ritual. Presidía el rito en el que daba nombre y se legitimaba a los niños, el anfidromion, en el que se les daba vueltas alrededor del hogar que tenían todas las casas y que constituía el centro del culto a Hestia.

Hefesto, equivalente del dios romano Vulcano, era una deidad del fuego y los volcanes e inventor y constructor divino de cosas mágicas. En la poesía griega se emplea con frecuencia su nombre con el único significado de "fuego", pero solía representársele como un herrero cojo que forjaba objetos extraordinarios. Presentaba un aspecto más benévolo y menos iracundo que la mayoría de los Olímpicos, pero no necesariamente menos apasionados como demuestra su intento de violación de Atenea.

El culto a este dios nació en el Asia Menor y en las islas cercanas, sobre todo en Lemmos, y uno de sus principales santuarios se encontraba en el monte Olimpo de Licia (actual sureste de Turquía), denominado Olimpiio Licio para distinguirlo de su homónimo, más célebre. Hefesto aparece en algunos mitos como hijo de Zeus y Hera, pero con más frecuencia se le considera hijo solamente de Hera, que lo concibió sin el concurso masculino en venganza por el nacimiento de Atenea, que surgió de la cabeza de Zeus, sin madre. En algunos relatos, Hefesto nació primero y después asistió al nacimiento de Atenea. En muchos casos se asocia a ambas deidades como origen de las artes y las técnicas.

Hefesto era cojo, motivo por el que frecuentemente se convertía en blanco de las burlas de los demás dioses Olímpicos. Estaba casado con Afrodita, diosa de la sexualidad, pero tuvo que pagar un alto precio por ser el cónyuge de una deidad tan deseable: que le pusieran frecuentes cuernos, como hizo Ares. Cuando nació, Hera sintió tan vergüenza por el defecto de su hijo que lo arrojó desde los cielos hasta el Océano, el gran río que rodea el mundo. Hefesto se vengó enviándo a Hera un hermoso trono de oro que él mismo había fabricado y que se aferró a un muslo de la diosa con correas invisibles cuando ella se sentó. Sólo Hefesto podía liberarla, pero se negó a abandonar el Océano a menos que se le permitiera casarse con Afrodita.

Fracasaron todas las tentativas para que Hefesto regresase al Olimpo, hasta que Dioniso lo emborrachó, lo sentó en una mula y lo llevó ante los demás dioses, que lo recibieron muertos de risa. Pero venció el espíritu de reconciliación: Hefesto dejó libre a su madre y le concedieron la mano de Afrodita. El relato del regreso de Hefesto al Olimpo es uno de los episodios sobre el dios más frecuente en la mitología y sirvió de decoración a numerosos vasos griegos.

La habilidad técnica de Hefesto suponía una compensación por su minusvalía física. Además del trono de oro para su madre, fabricó ayudantes femeninas del mismo material que colaboraban con él, perros guardianes también de oro que no dormían jamás para el palacio de Alcínoo  (como cuenta La Odisea) y muchas otras creaciones mágicas. Cuando fue arrojado al Océano le consoló Tetis, a petición de la cual fabricó un escudo para su hijo, el héroe Aquiles, cuya detallada descripción aparece en La Ilíada. En muchos mitos se ubica la fragua de Hefesto en el monte Olimpo o cerca de éste, en Grecia, y en otros bajo tierra, sobre todo en zonas de actividad volcánica. Los Cíclopes, que forjaron el rayo de Zeus, eran sus ayudantes.

martes, 27 de marzo de 2012

Ares y Afrodita.

Guerra, amor y sexo.

Aunque se rendía culto a Ares, dios de la guerra, en todo el mundo griego, existen muy pocos mitos sobre él. Hijo de Zeus y Hera, normalmente se le representan como un guerrero fuerte, incluso brutal, pero en la mitología figura fundamentalmente como amante de Afrodita, gran diosa del amor y del deseo. El nombre de Afrodita significa "Nacida de la espuma", se creía que surgió de la espuma del mar en el punto en el que habían caído los genitales cortados de Urano. La llevaron a Citera, en Chipre, donde sus sirvientas, las Gracias y las Estaciones, le pusieron adornos y aceites. Se le solía llamar "amante de la risa" y se la asociaba con todos los aspectos de la sexualidad, el matrimonio y la atracción física. En ocasiones se la representaba desnuda y acompañada por Eros, el dios alado del deseo.

Afrodita estaba casada con el dios-artesano Hefesto, pero tuvo varios amantes. La historia de su aventura con Ares se cuenta en La Odisea. Helios, el sol, descubrió a Afrodita y Ares juntos y se lo dijo a Hefesto, que fabricó una red prodigiosa, fina como una telaraña y resistente como el diamante, la dejó caer sobre los amantes y los capturó en pleno adulterio. Triunfante, Hefesto convocó a los dioses para que fueran testigos de aquel escándalo, pero ellos se rieron, y Hermes y Apolo comentaron que valía la pena sufrir aquel bochorno con tal de acostarse con Afrodita. Ares quedó libre tras acceder a dar a Hefesto una recompensa, y Afrodita y él abandonaron el lugar, avergonzados.

Otro de los amantes de Afrodita fue Adonis, un cazador joven y guapo. La diosa le previno de los peligros de la caza, pero él siguió yendo a los bosques y un día lo mató un jabalí, que le corneó en la ingle. Todos los años, en la festividad ateniense de las Tesmoforias, se entonaban cantos rituales de lamento por Adonis.

Afrodita tuvo varios hijos en sus numerosas aventuras. Entre los más destacados se encuentran los siguientes:


Eneas, hijo del príncipe troyano Anquises, a quien sedujo (y aterrorizó) cuando éste era pastor. La diosa protegió a Eneas en la guerra de Troya, y tras la derrota, el caudillo huyó para fundar Roma.


Eros ("deseo"), el dios alado que en muchos casos acompaña la imagen de Afrodita. Según algunas versiones, es hijo suyo, pero su ascendencia suponía un gran problema para los griegos. Algunos atribuyen la paternidad a Ares. Normalmente se le representa con arco y flechas.


Hermafrodito, hijo de Hermes y Afrodita. Lo amaba Salmacis, una ninfa acuática. Él intentó eludirla, pero cuando se sumergió en el arroyo en el que vivía la ninfa, ésta le abrazó hasta que se fundieron. Mientras agonizaba, rogó que cuantos entrasen en aquel arroyo adquiriesen atributos masculinos y femeninos, y de aquí deriva el término "hermafrodito".

Príapo, dios rústico de la fertilidad que protege los jardines y huertos. Se le representa como un viejo feo con un gran falo erecto. Existe numerosos relatos obscenos y cómicos sobre Príapo, cuya paternidad se atribuye a Hermes, Dioniso, Pan o Zeus.

domingo, 25 de marzo de 2012

Diosas de la Tierra.

Démeter y Perséfone.

La diosa Démeter ("Madre del grano" o "Madre Tierra"), hija de Crono y de Rea y hermana de Zeus y Hades, protegía los cultivos y la riqueza de la tierra. En los cultos en su honor también intervenía la fecundidad femenina y probablemente guarda relación con la antigua Diosa Madre.

Su hija Perséfone, a veces llamada simplemente Core ("doncella"), era reina de los infiernos y normalmente se representa a madre e hija juntas.

Las dos figuras se hallan vinculadas en un mito muy importante para los misterios de Eleusis, el culto más importante de iniciación mística en la sociedad griega.

Un día, Perséfone estaba cogiendo flores en un prado con las Oceánides, las hijas de Océano y Tetis, cansado Hades la raptó y se le llevó en su carro a los infiernos. Perséfone gritó, pidiendo ayuda a Zeus, pero el dios no la oyó desde su lejano templo, y sólo escucharon sus lamentos Helios, el sol, y Hécate, diosa de la hechicería. Al oír el eco de la voz de su hija en el mar, Démeter se despojó de su tocado y recorrió la tierra durante nueve días sin comer ni dormir, alumbrándose con antorchas. Al décimo día se encontró con Hécate, que la envió a Helios. El sol le contó lo que había ocurrido y culpó a Zeus, quien había dado permiso a Hades para tomar a Perséfone por esposa. Encolerizada y transida de dolor, Démeter se negó a permanecer en el Olimpo y se internó en el mundo de los mortales disfrazada como una anciana cretense, de nombre Doso.

Llegó a Eleusis, donde a instancias de sus hijas, el bondadoso rey Céleo la contrató como sirvienta de su esposa Metanira, quien reconoció enseguida la nobleza de Démeter y le ofreció asiento y bebida, que la diosa rechazó, prefiriendo quedarse de pie y en silencio hasta que llegó una esclava llamada Yambe, hija de Pan y Eco, y le hizo reír con sus bromas aliviando su pesar. (De aquí procede la poesía "yambica", caracterizada por la sátira) Metanira le pidió a Démeter que criase a su hijo Demofonte; la diosa daba a escondidas ambrosía, el alimento de los dioses, y todas las noches lo colocaba en una hoguera para hacerle inmortal. Una noche la interrumpió Metanira, que gritó horrorizada al ver a su hijo entre las llamas, Démeter se apresuró a retirarlo y reveló su verdadera identidad, pero le dijo a Metanira, enfadada, que Demofonte moriría como cualquier mortal. Ordenó que se establecieran los misterios de Eleusis en su honor y abandonó a sus anfitriones.

De nuevo apenada por la pérdida de Perséfone, Démeter decidió detener las cosechas. Zeus y los demás dioses le rogaron que permitiese que los cultivos creciesen, pero ella se negó y amenazó con matar de inanición a la humanidad si no volvía a ver a su hija. Zeus cedió y envió a Hermes a los infiernos para que  recogiese a Perséfone. Hades permitió que Perséfone regresara con su madre, pero antes la convenció de que comiese unos granos de granada, símbolo del vinculo matrimonial indisoluble. Démeter recibió jubilosa a su hija y le preguntó si había comido algo en los infiernos, pues en tal caso tendría que regresar con Hades para siempre. Como había comido los granos de la granada, todo parecía indicar que Perséfone estaba perdida, pero intervino Zeus: decretó que Perséfone pasara dos terceras partes del año en el Olimpo y regresara a los infiernos en invierno.

Madre e hija celebraron juntas el acontecimiento y la fecundidad volvió a la tierra. A instancias de Démeter, Triptolemo (en algunos casos asociado con Demofonte), hijo de Celeo, llevó las artes de la agricultura a todos los pueblos del mundo.

sábado, 24 de marzo de 2012

Némesis.

Némesis ha sido descrita como la hija de Océano (por Pausanias) o Zeus. Hesíodo la cree hija de la oscuridad y la noche (Érebo y Nix).

En los Cantos ciprios se habla de la unión de Zeus y Némesis, para dar nacimiento a Helena, lo cual expresa la idea de la cólera celeste. Némesis fue perseguida por el dios del cielo, y para librarse de él tomó formas de monstruos marinos y de diversos animales terrestres. Finalmente se transformó en una oca. Zeus transmutado en cisne logró alcanzarla y, fruto de esta unión, la diosa puso un huevo que fue recogido por unos pastores y entregado por ellos a Leda, que lo cuidó. Ésta es una de las versiones del origen de Helena de Troya.

Esta desmesura o   ὕϐρις  (hybris) es por ejemplo el exceso de felicidad en los humanos, el orgullo, la soberbia, y por supuesto el desafío a los dioses.
 
La existencia de esta venganza divina encuentra su explicación en la cosmovisión que tenían los griegos, para quienes el equilibrio era lo más importante. Cuando éste se rompía, se ponía en peligro el orden de las cosas, por lo que era necesario el castigo para mantener al mundo tal y como es.

De esta manera, en el caso de Creso -hombre demasiado feliz y demasiado rico- es llevado por Némesis a una peligrosa expedición donde debe vencer a Ciro. Esta acción termina por ser la ruina de Creso.

Lo mismo sucedió con los persas, quienes incurrieron en la desmesura de dar por cierta su victoria sobre Atenas. Nunca lograron conquistarla, por lo que con un bloque traído por los mismos persas -con intención de hacer un trofeo de su victoria- el famoso escultor Fidias hizo una estatua de Némesis, que sirvió de motivación para los atenienses en Maratón, donde obtuvieron una contundente victoria.

Se la representa con una corona y a veces con un velo que le cubre la cabeza; suele llevar una rama de manzano en una mano y una rueda en la otra. El primer templo y los primeros altares que tuvo Némesis estuvieron en Ramnonte, situado en la región del Ática.






viernes, 23 de marzo de 2012

Sátiros, ménades y el teatro.

Los místicos seguidores de Dionisio eran los sátiros, mitad hombre y mitad cabra con cola de caballo. Sus seguidores, tanto en el mito como en la realidad, se llamaban bacantes ("mujeres de Baco") o ménades ("mujeres posesas!).


Los sátiros eran adictos al vino, la fiesta y la lujuria, y solían representárselos desnudos, con continua excitación sexual. Perseguían a las ménades, pero también consumaban su deseo con cualquier ser e incluso con objetos inanimados. Las sátiras teatrales atenienses eran comedias subidas de tomo que por lo general se representaban después de una tragedia, con un coro de hombres vestidos de sátiros. En Atenas se representaban obras teatrales en dos festivales de Dioniso, las Dionisías y las Lenias. Su culto se caracterizaba por una liberación estático producida por el baile, la música y el vino, y de aquí deriva uno de los epítetos rituales del dios: Lusio ("el liberador").

La ménades se vestían con pieles de sátiro, se adornaban con guirnaldas de hiedra y llevaban un tirso o cayado adornado en su extremo con una especie de piña. Se reunían en grupos rituales para ir a la montaña, donde se entregaban al canto y el baile en honor del dios hasta el agotamiento. Se decía que eran capaces de descuartizar un animal con las manos y después comérselo.

miércoles, 21 de marzo de 2012

Dioniso.

El dios del vino y de los estados alterados.

Los antiguos griegos creían que cuando las personas estaban borrachas, actuaban o se sumían en un estado de éxtasis religioso, se encontraban en los dominios del dios Dioniso, que presidía la ilusión y los estados alterados  de la conciencia. El dios aparecía con frecuencia disfrazado, de animal, por ejemplo (por lo general un león o un toro), o de ser humano (hombre o mujer), razón por la que en ocasiones resultaba difícil reconocerle y definirle. Aunque participó en la batalla contra los Titanes, se le representa en muchos casos con aspecto afeminado y ridículo, Eurípides lo califica de "sumamente dulce y sumamente terrible".

También conocido como Baco, Dioniso es el dios del vino en todos sus aspectos. El vino fue siempre una bebida sagrada en Grecia y su consumo constituía un rito: desempeñaba un papel importante en la mayoría de las celebraciones religiosas y había fiestas que señalaba la vendimia y la apertura de nuevos barriles, actividades presididas por Dioniso. Era objeto de un culto místico a cuyos iniciados se les prometía una vida de ultratumba de fiestas y consumo de alcohol ininterrumpidos. Según ciertos relato, muy famoso, Dioniso resucitó , circunstancia que explica uno de sus epítetos rituales, "el dos veces nacido". Zeus y Perséfone tuvieron un hijo llamado Zagreo (otro de los nombres de Dioniso). Celosa Hera instó a los Titanes a que devorasen a la criatura, pero Atenea salvó su corazón y regresó con Zeus. A continuación Sémele, amante de Zeus e hija de Cadmo, rey de Tebas, lo llevó en su seno y cuando murió, Zeus rescató al nonato y se lo cosió a su propio muslo, de donde nació. Por eso Dioniso es el único dios del Olimpo de ascendencia en parte mortal. El lugar exacto en el que nació seguía siendo tema de debate en la época de Homero, en la que se situaba en diversos puntos: la isla de Cos, la isla de Ícaro, junto al río Alfeo, en Elis y  Tebas. Tras su nacimiento, Zeus confió a Dioniso al cuidado de las ninfas de Nisa, montaña de situación desconocida que a veces se ubica en Egipto.

Aunque deidad antigua, Dioniso aparecía en ocasiones como un recién llegado que viajó por el mundo concediendo dones a los mortales, exigiendo reconocimiento y castigando a quienes no lo aceptaban. Se enfrentó a una fuerte oposición en el  transcurso de sus viajes, que, según ciertas versiones, comenzaron "por oriente". Huyendo del rey de Tracia, Licurgo, el dios se arrojó al mar para refugiarse con Tetis, que había sido consorte de Zeus, y los seguidores de Dioniso cegaron y despedazaron a Licurgo. En Argos, las hijas de Proteo se negaron a  acoger al dios, quien las enloqueció en castigo. En Orcomenos, las hijas de Minias se negaron a adoptar a la nueva deidad y se quedaron en casa, tejiendo. Dioniso adoptó la forma de una muchacha para aconsejarlas que cambiaran de aptitud, pero en vano, y también ellas se  volvieron locas. En Atenas, en la época del rey Pandión, Dioniso fue recibido por Icario y en señal de agradecimiento regaló el vino a la ciudad, los atenienses pensaron que les habían envenenado, se revelaron contra Icario y lo mataron. Erígone, la hija del rey, encontró su cadáver y, transida de dolor, se ahorcó, tras la cual la peste asoló Atenas y remitió cuando se estableció una festividad en honor de Erígone y de Icario.

Uno de los relatos más pintorescos cuenta la captura del dios por unos piratas: trataron de atarlo, pero los nudos se deshacían continuamente. Como no querían soltarlo, Dioniso obró una serie de prodigios que los dejó pasmados. Hizo que un vino delicioso fluyera alrededor del barco y que sobre él crecieran vides e hiedra; después se transformó en fiero león, los marineros saltaron al mar, aterrorizados y se convirtieron en delfines.

Se representa a Dioniso en forma de joven y de adulto barbado, a veces con sátiros y ménades, sus seguidores, y presidiendo alguna celebración con una copa de vino.

martes, 20 de marzo de 2012

La ira de Artemisa.

Como Atenea, Artemisa era virgen, y si la veían los moradores o alguien impedía que preservase su castidad se cobraba una terrible venganza.


Destacaré unos cuantos:

Acteón, que era cazador, se perdió en los bosques y fue a parar inadvertidamente al estanque en el que se bañaba Artemisa, quien se enfureció porque la hubiera visto desnuda y transformó a Acteón en ciervo. Sus propios perros lo acosaron y lo despedazaron.

Calixto era una de las ninfas que servían a Artemisa. Una noche dormía sola, agotada tras la caza, y Zeus la violó. Calixto trató de ocultarle a Artemisa que había perdido su virginidad, pero al cabo de unos meses la diosa vio que estaba embarazada mientras se bañaban. Encolerizada, expulsó a Calixto, dejándola expuesta a los celos de Hera. Cuando la ninfa dio a luz a Arcas, Hera descubrió la infidelidad de su marido, Zeus, y transformó a Calixto en una osa. Arcas la mató con una flecha y se transformó en la constelación Ursa Major, la Osa Mayor.

Níobe, esposa de Anfión, rey de Tebas, era hija de Tántalo y nieta del Titán Atlas. Tuvo siete hijos y siete hijas (los Nióbides) y se jactaba de ser mucho más afortunada que Leto, madre de Artemisa y Apolo, que sólo tenía dos hijos. Enfurecida, Leto envió a sus hijos a que castigaran a Níobe: Artemisa mató con sus flechas a las siete muchachas y Apolo a los siete muchachos.

Orión, gran cazador, intentó violar a Artemisa, quien produjo un escorpión de la tierra que mató a Orión y a su perro. Después, Orión se transformó en constelación y su perro en la estrella Sirio.

lunes, 19 de marzo de 2012

Artemisa.

La casta diosa de la caza.


Artemisa desempeña numerosas funciones en la mitología griega, al igual que Apolo, su hermano gemelo. Como diosa virgen, protegía encarnizadamente su castidad y las de sus compañeras. Era diosa de la caza y correteaba por los bosques con sus sirvientas. Aunque mataba animales, era también la protectora divina de los seres jóvenes y, en una contradicción similar, protegía a las parturientas como diosa del parto pero también enviaba la muerte y la enfermedad a las mujeres.

Artemisa aparece representada con un arco, al igual que Apolo, como una joven con vestimenta de cazadora, a veces rodeada de animales jóvenes o tocada con cuernos en forma de media luna, pues se la asociaba con nuestro satélite, del mismo modo que se asociaba a Apolo con el sol. Muchos de sus numerosos cultos estaban  vinculados a los momentos de tránsito femeninos, como el nacimiento, la pubertad y la muerte. Al llegar a la pubertad, las muchachas atenienses nobles se sometían a los ritos de iniciación artémicos en Brauron, a pocos kilómetros de Atenas, donde las llamaban "osas", pues este animal era un símbolo de la diosa.

sábado, 17 de marzo de 2012

Delfos, centro del mundo.

Un mito cuenta que Zeus soltó dos águilas desde extremos opuestos de la tierra para que descubriesen el centro exacto del mundo. Se reunieron en Delfos, que pasó a ser uno de los lugares de culto más importantes para los griegos y principalmente santuario de Apolo.

Zeus señaló el punto de Delfos en el que se encontraron las águilas con una gran piedra llamada ónfalos  ("ombligo"), protegida por una serpiente monstruosa, Pitón. Apolo estableció allí su santuario y mató a Pitón, acto por el que cumplió penitencia en Tesalia durante nueve años, transcurridos los cuales regresó a Delfos. Al oráculo que fundó en el lugar acudía a consultar ciudades e individuos y sus profecías aparecen en los mitos y en la historia. En el templo del oráculo había una sacerdotisa, la Pitia (de Pitón, por lo que encontramos con frecuencia el epíteto "Pítico" aplicado a Apolo), que hacía profecías sentada en un trípode en respuesta a las preguntas de los visitantes. Hablaba en tono frenético, como enloquecida, y los sacerdotes transcribían sus palabras en verso o prosa. Los griegos creían que sus profecías siempre se cumplían, si bien al principio podían interpretarse erróneamente.

Delfos era la sede de los Juegos Píticos, gran acontecimiento deportivo instituido por Apolo que se celebraba en honor del dios cada cuatro años. Tenía lugar el tercer año de las Olimpíadas, el intervalo de cuatro años entre los festivales atléticos más famosos en honor de Zeus, en Olimpia. El período que distanciaba unos Juegos Píticos de los siguiente se denominaba Pitiada.

viernes, 16 de marzo de 2012

Apolo.

El dios radiante.


Según el mito, Apolo era hijo de Leto y de Zeus y hermano gemelo de la diosa Artemisa. Nació en Delos, emplazamiento de la celebración más importante de su culto, razón por la cual también se le conoce como Apolo Délico. El otro emplazamiento del culto apolíneo era Delfos. Su abuela era la Titánide Febe y en ocasiones se le denominaba con la forma masculina de ese término, Febo ("Radiante"). En época posterior empezaría a asociársele con la luz y el sol.

Apolo posee una de las gamas más amplias de atributos divinos y su representación más extendida es la de un joven apuesto. Protector del tiro con arco, sus flechas llevaban enfermedad y calamidades a los humanos pero, paradójicamente, también es protector de la medicina y padre de Asclepio, el más grande de los médicos míticos. Protector asimismo de la música y de las artes, suele aparecer con una lira. Según ciertos mitos, el sátiro Marsias recogió la flauta que había maldecido Atenea y se atrevió a desafiar a Apolo a una competición musical. Al igual que la mayoría de los Olímpicos, Apolo detestaba que se pusiera en entredicho su poder, y cuando Marsias perdió, el dios ordenó que lo desollaran vivo por su insolencia.

Apolo vivió numerosas aventuras amorosas, la mayoría de las cuales acabaron trágicamente. Casandra, hija del rey  Príamo de Troya, accedió a entregarse al dios, quien en compensación le prometió el don de la profecía, pero como la muchacha no cumplió su palabra, Apolo añadió a su don el detalle de que nunca la creyeran.

miércoles, 14 de marzo de 2012

Poseidón.

El dios del mar.


Poseidón, hermano de Zeus, es un dios temible y violento a quien se asocia con múltiples fuerzas elementales de la naturaleza. Gobierna el mar, sobre todo las tempestades y el mal tiempo, y por lo general lleva un tridente, que se asemeja al arpón de pescador. Preside además los terremotos y a menudo se le adjudica el título de Enosigeo ("el que agita la Tierra"). Podía partir la tierra y las montañas con un golpe de su tridente, como hiciera cuando los Olímpicos se enfrentaron a los Gigantes. En el arte, sus representaciones se asemejan a las de Zeus en cuanto a aspecto y postura, salvo que empuña el tridente en lugar del rayo.

La competición por Atenas (que he tratado en la entrada anterior) es uno de los numerosos mitos en el que Poseidón aparece enfrentado a Atenea. En el relato de Odiseo, la diosa apoya al guerrero, pero el dios le obliga a vagar por los mares. Otro mito cuenta que Poseidón adoptó la forma de caballo (un ave según otras versiones) para copular con la Gorgona Medusa en un templo consagrado a Atenea, quien se enfureció tanto ante semejante sacrilegio que transformó en serpientes la cabellera de Medusa. Cuando el héroe Perseo le cortó la cabeza a Medusa, de su sangre surgieron los frutos de su unión con Poseidón, el caballo alado Pegaso y un niño llamado Crisaor, a través del cual Poseidón fue antepasado de algunos de los monstruos más famosos de la mitología griega: la Equidna y sus descendientes, Cerbero, la Quimera, la Hidra y la Esfinge, y el León de Nemea.

La turbulenta vida amorosa de Poseidón desembocó en otra serie de monstruos y seres y divinidades marinos. Se casó con la ninfa del mar Anfitrite -una Nereida o una Oceánide-, con la que tuvo un hijo, Tritón, hombre de cintura para arriba y pez de cintura para abajo (una concha representa a Tritón). Pero, al igual que Zeus, Poseidón engendró a la mayoría de sus hijos en relaciones extraconyugales. Con Gea tuvo a Anteo, un gigante al que combatió y mató Heracles, y Caribdis, monstruo marino que vomitaba agua tres veces al día y ponía los barcos en peligro.Cuando Poseidón empezó a insinuarse a Escila, una hermosa ninfa, Anfitrite, movida por los celos, tiró unas plantas mágicas al agua en la que se bañaba la ninfa, quien se transformó en un monstruo con cabeza canina que, al igual que Caribdis, suponía una amenaza para los navegantes.

Entre los símbolos de Poseidón figuran el tridente, el toro (que posiblemente representa su agresividad) y el caballo (el mito cuenta que creó el primer caballo para los atenienses y se le conocía por el nombre ritual de Domador de Caballos). Se le rendía culto en numerosos templos, el mejor conservado de los cuales se alza en un hermoso acantilado que se asoma al mar en Sunio, al sur de Ática.

Además de Poseidón, existían otras muchas deidades acuáticas. Gea hizo el Ponto (el mar) en la primera fase de la creación, y dos Titanes, Océano (Océano era un gran río que según los griegos rodeaba el mundo) y Tetis, crearon a las Oceánides o ninfas del mar. Ponto y Gea engendraron a Nereo, el "Viejo del Mar", que poseía el don de la profecía y tuvo con Doris a las Nereidas, cincuenta ninfas del mar entre las que se cuentan Tetis, madre de Aquiles, y Galatea, la amada de Polifemo.

lunes, 12 de marzo de 2012

Atenea.

La diosa virgen.


Una de las deidades más poderosas del panteón griego es Atenea, que nació de la cabeza de Zeus con todas sus armas, razón por la que se la suele representar con armadura y casco, lanza y escudo. También aparece con la égida, especie de peto o coraza adornado con la cabeza de la Gorgona Medusa que le dio el héroe Perseo. En calidad de figura militar y gran consejera, Atenea era reverenciada por los reyes, y en muchos casos se la asociaba con la fundación de la acrópolis o ciudadela de una ciudad, donde generalmente se encontraba el palacio real. Era asimismo protectora de héroes y sentía especial predilección por Odiseo, debido a sus cualidades de sabiduría, astucia y maña, muy semejantes a las suyas. El héroe fabricó con su ayuda el caballo de madera con el que fue capturada Troya, y la diosa también ayudó a Heracles y a Perseo en sus aventuras.

Se rendía culto a Atenea como defensora de ciudades, sobre todo Atenas, de la que era protectora y constituía el centro de su culto. Según el mito, Poseidón y ella se pelearon por la protección de la ciudad y el Ática, la región circundante, y los atenienses propusieron a los dos Olímpicos que cada uno de ellos inventara un regalo práctico para Atenas y que el mejor sería recompensado con el título de protector de la ciudad. Poseidón golpeó la Acrópolis con su tridente y del punto en el que había golpeado brotó una fuente de agua salada (según otra versión, el primer caballo). Después, Atenea tocó la Acrópolis con su lanza y produjo el olivo, fuente de aceite para iluminar, cocinar y perfumarse. Encantados con el invento de Atenea, los atenienses (o, en otras versiones, su primer rey, Cécrope), la eligieron como protectora, y para aplacar a Poseidón, que inundó la llanura que rodeaba la ciudad en venganza por haber perdido la competición, decidieron rendirle culto también a él en Atenas. En la época clásica se mostraba a los visitantes de la Acrópolis el olivo sagrado y la supuesta señal dejada por el tridente de Poseidón.

Como podría desprenderse de su insólita forma de nacer, se asociaba especialmente a Atenea con las actividades de la cabeza: rivalizaba con Zeus, su padre, en cuanto a sabiduría, y con su madre, Metis, en cuanto a "inteligencia astuta". Uno de sus símbolos era la lechuza, la más inteligente de las aves. Al igual que Hefesto, era protectora de los oficios, como la construcción de barcos y carros, y de actividades domésticas tradicionalmente femeninas como hilar y tejer, pero a pesar de su vinculación con estas artes propias de mujeres casadas era una diosa virgen, soltera. Se le atribuía asimismo la invención del torno de alfarero, de las primeras vasijas y de la flauta. Le encantaba el sonido de este instrumento, que según se contaba, se inspiró en los lamentos de las demás Gorgonas tras la muerte de Medusa, si bien en otro mito se  asegura que la flauta imita el extraño silbido que emitió Medusa cuando le cortaron el cuello. Pero un día, mientras tocaba la flauta, Atenea vio el reflejo de sus facciones distorsionadas y arrojó disgustada el instrumento, maldiciendo a quien lo recogiese, y la maldición recayó sobre el sátiro Marsias.

Atenea recibía los títulos de Palas (término que probablemente significa "muchacha", en referencia a su virginidad) y Tritogenia ("nacida de Tritón", un arroyo de Creta cercano al lugar que supuestamente vino al mundo) y se la conocía como glaucópide ("de ojos brillantes"). Entre las múltiples ceremonias en honor a Atenea, la más famosa eran las Panateneas ateniense, en el transcurso de las cuales los habitantes de esta ciudad ofrecían una túnica sagrada (peplos) a su estatua del Partenón.

viernes, 9 de marzo de 2012

Consortes e hijos de Zeus.

En la tabla, los consortes de Zeus aparecen en negrita y los hijos en cursiva.

CONSORTES DIVINOS.
 Hera, esposa y hermana de Zeus.
  Ares, dios de la guerra, que copuló con Afrodita y apoyó a los troyanos contra los griegos.
Hebe, diosa de la juventud, copera de los dioses y esposa celestial de Heracles.
Ilitía, diosa de los partos. Hera le ordenó que intentase evitar el nacimiento de los hijos de Zeus con
otras consortes.

Metis, hija de Océano y de Tetis.
Atenea, diosa de la sabiduría y de los héroes que nació adulta de la cabeza de Zeus y con todas sus armas.

Temis, diosa de la tierra y Titánide, hija de Urano y Gea.
Las Horas (estaciones), las Moiras (Parcas), Eunomía ("orden"), ("justicia")  e Irene ("paz"), divinidades femeninas que gobiernan los designios humanos y divinos. Se representa a las Parcas como tres mujeres: Cloto que teje el hilo de la vida; Láquesis que lo enrolla, y Átropo, que lo corta. En algunos casos se las considera hijas de Nix.

Eurínome, ninfa del mar, con forma de mujer y cola de pez, hija de Océano y Tetis,
Las tres Gracias o Cárites, divinas sirvientas de Afrodita: Áglae ("esplendor"), Talía ("alegría") y Eufrosine ("alborozo").

Démeter, diosa de los cultivos y de la tierra y hermana de Zeus.
Perséfone, deidad pregriega en sus orígenes, raptada por Hades para que fuera señora de los infiernos.

Mnemósine ("memoria"), Titánide hija de Urano y Gea.
Las Musas, nueve divinidades de las artes, la historia y la astronomía.

Leto, una de las Titánides, hija de Ceo y Febe.
Apolo, gran dios de la profecía, la música, el tiro con arco y la medicina.
Artemisa, diosa de la caza, los bosques y los animales salvajes, la virginidad, los partos y las enfermedades femeninas.

Maya, hija del Titán Atlas y Pléyone.
Hermes, el mensajero de los dioses.

Tetis, ninfa del mar, hija de Urano y Gea. Según la profecía, tendría un hijo más importante que su padre y Zeus se la cedió a Peleo, rey de Tesalia, con quien tuvo al gran héroe Aquiles.


CONSORTES HUMANOS.
Íon, hija de Ínaco, primer rey de Argos y de Melia.
Épafo, rey de Egipto y África.

Europa, princesa fenicia.
Minos, que poseía el monstruoso Minotauro y el Laberinto.
Radamantis, quien, al igual que Minos, era juez de los muertos en los infiernos.

Sémele, hija de Cadmo, fundador de Tebas.
Dioniso, dios olímpico.

Dánae, princesa de Argos, hija de Acrisio y Eurídice.
Perseo, héroe que mató a la Gorgona Medusa y salvó a Andrómeda de ser devorada por un monstruo marino.

Leda, princesa de Esparta, hija de Testio.
Cástor y Polideuces, gemelos semidivinos. Se les conoce como los Dioscuros, Dios kuri ("hijos de Zeus") en griego.
Helena, cuya fuga con Paris provocó la guerra de Troya.
Clitemnestra, esposa y asesina de Agamenón, rey de Argos que dirigió a los griegos contra los troyanos.

Antíope, princesa tebana, a quien Zeus visitó en forma de sátiro.
Zeto y Anfión, constructores de los muros de Tebas y reyes conjuntos de esta ciudad.

Alcmena, reina de Tiro.
Heracles ("gloria de Hera"), el héroe griego más importante, perseguido por Hera toda su vida.

Ganimedes, hermoso joven troyano, hijo de Tros.

lunes, 5 de marzo de 2012

Las parejas de Zeus.

Consortes humanos y divinos.

La mitología griega atribuye a Zeus una serie de aventuras amorosas con parejas humanas y divinas. A veces, por razones prácticas o para evitar la intervención de su celosa esposa, Hera, se veía obligado a adoptar formas distintas, como la de un animal, con el fin de aproximarse al objeto de su deseo. De todos modos, no podía presentarse ante los mortales en todo su divino esplendor porque la visión resultaba tan abrumadora que conllevaba la muerte instantánea, suerte que corrió Sémele, por ejemplo. A continuación ofrezco una lista de las relaciones más importantes de Zeus, las tres primeras parejas son divinas, las demás humanas.

Metis: Zeus se casó con Metis inmediatamente después de acceder al poder y la dejó embarazada. Gea y Urano había profetizado que Metis tendría hijos extraordinarios: una diosa, Atenea, que igualaría a Zeus en sabiduría, y un hijo que sería rey de los dioses y los hombres. Para evitar que nacieran, Zeus se tragó a Metis, y si bien el hijo no llegó a ser concebido, Atenea sí nació, con todas sus armas, de la cabeza de su padre.

Leto: Hija de los Titanes Ceo y Febe, Leto copuló con Zeus y concibió gemelos divinos, Artemisa y Apolo. Artemisa nació en Orgitia, pero Leto se vio obligada a viajar por el mundo, transida de dolor, en busca de un lugar para dar a luz a Apolo. Celosa, Hera impidió a su hija Ilitía, diosa de los partos, que oyese los lamentos de Leto, y sólo le permitió asistir al nacimiento cuando los habitantes de Delos, una isla del Egeo, accedieron a que Apolo viniera al mundo en su suelo. Por eso Delos se convirtió en uno de los principales centros de culto a Apolo.

Maya: Maya era hija del Titán Atlas y una de las Pléyades, siete ninfas a las que Zeus transformaría en estrellas más adelante. Vivía en una cueva oculta, lo que permitió a Zeus realizar su deseo sin despertar las sospechas de Hera. No se sabe nada más de Maya, salvo que de ella nació el dios Hermes.

Alcmena: Alcmena estaba casada con Anfitrión, rey de Tirinto, quien, al igual que ella, era descendiente de Perseo. Cuando Anfitrión se fue a la guerra, Zeus visitó a Alcmena adoptando la forma de su marido un día antes de que regresara. El dios prolongó la noche el triple de su duración normal para ampliar su placer, y cuando volvió Anfitrión le decepcionó la falta de ardor de su esposa, mientras que a ella le sorprendió que su marido pareciese haber olvidado los excesos de la noche anterior. Ambos acabaron por saber la verdad por la boca del profeta Tiresías, ciego y andrógino.
Alcmena tuvo gemelos. El mayor, hijo de Zeus, era Heracles, el más importante de los héroes, y el menor, de Anfitrión, Ificles, cuyo hijo Yolao, ayudaría a Heracles a matar a la Hidra de Lerna.

Dánae: Un oráculo le dijo a Acrisio, rey de Argos, que le mataría un hijo de su hija Dánae, y el rey la encerró en una torre o cámara de bronce de su casa. Zeus entró allí en forma de lluvia de oro y copuló con Dánae, que concibió y dio a luz a Perseo, a quien ocultó en la cámara para protegerlo de Acrisio. Pasados cuatro años, el rey descubrió la verdad y encerró a su hija y a su nieto en un cofre, que arrojó al mar; pero el cofre fue arrastrado hasta la orilla, y tras múltiples aventuras, Dánae y Perseo regresaron a Argos. Un día, cuando participaba en unos juegos, Perseo lanzó un disco que golpeó y mató a Acrisio, cumpliéndose así la predicción del oráculo.

Leda: Leda estaba casada con Tindáreo, rey de Esparta. Zeus fue a verla en forma de cisne, y al cabo del tiempo Leda puso dos huevos, de los que nacieron cuatro niños. De uno surgieron Polideuces, más conocido por su nombre latino, Pólux, y Helena, y del otro Cástor y Clitemnestra. Cástor y Polideuces, que aparecen juntos en casi todos los mitos, formaron parte de la tripulación del Argo encabezada por Jasón que fue en busca del Vellocino de Oro. Clitemnestra se casó con Agamenón, rey de Argos, y Helena con el hermano de éste, Menelao, rey de Esparta. Ambas desempeñan papeles importantes en la guerra de Troya y sus consecuencias: la fuga de Helena con el príncipe troyano Paris precipitó la guerra y Clitemnestra fue responsable del asesinato de su marido a su regreso triunfal de la batalla.


Sémele: Zeus tuvo una aventura, disfrazado de mortal, con Sémele, hija de Cadmo, fundador de Tebas. Celosa, Hera se disfrazó de anciana y persuadió a Sémele de que convenciera a su amante de que se presentara ante ella en todo su esplendor. Zeus accedió, de mala gana y consciente de que verle a bordo de su carro celestial, rodeado de rayos y relámpagos, resultaría excesivo para cualquier mortal: la desgraciada Sémele quedó reducida a cenizas, de las que Zeus rescató a su hijo nonato, Dioniso.

Estás son algunas de los muchos consortes que tuvo Zeus y mañana incluiré una tabla en la que aparecen  los consortes de Zeus y sus hijos.

sábado, 3 de marzo de 2012

Zeus.

El rey de los dioses.

Zeus accedió al poder gracias a una mezcla de violencia y estratagemas y, una vez estabilizado, su dominio fue permanente e incontrovertible. Consideraba los cielos su territorio privado (al parecer, su nombre deriva de una antigua raíz, que significa cielo, circunstancia de la que se desprende que en principio era un dios del cielo), mientras que sus hermanos Poseidón y Hades se convertían en señores del mar y de los infiernos, respectivamente. Según cierta versión del mito, la división de los reinos se decidió echando suertes, pero la supremacía de Zeus nunca se puso en duda. Se casó con Metis ("inteligencia astuta") y a continuación se la tragó, a pesar de que le había ayudado a derrotar a Crono, y con la diosa en su interior, nadie podía engañarlo ni manipularlo como había hecho él para obtener el poder.

A continuación, Zeus se casó con Temis ("derecho"), diosa del orden fijo, y con ella tuvo a las Parcas, las estaciones, el buen orden, la justicia y la paz. Por último se casó con Hera, su hermana, y de su unión nacieron Ares (dios de la guerra), Hebe ("juventud"), Ilitía (diosa de los partos), y según ciertas versiones, Hefestos (el dios-artesano). Engendró a las demás divinidades del Olimpo, salvo a Afrodita, en otras relaciones sexuales.

Existen numerosos mitos sobre las relaciones del dios con mujeres divinas (y también con hombres), muchas de las cuales sirven de telón de fondo a su tempestuoso matrimonio con Hera. En realidad, muy pocas historias sobre Zeus y Hera no están directamente relacionadas con su tormentosa relación, una de las principales fuentes de conflicto de la mitología griega. Suele retratarse a la diosa como una figura amargada que, persigue continuamente a las parejas y los hijos adúlteros de Zeus, casi sin excepción. Sin embargo, la persecución no siempre es unilateral. En un mito, Zeus se enfada tanto con Hera que la ata un yunque a cada tobillo y la cuelga del monte Olimpo. Homero describe con frecuencia los conflictos de Hera y Zeus, muchas veces en tono jocoso e irónico. Pero a pesar de las aventuras extramaritales de Zeus y de los celos y la cólera de Hera, su denominado Matrimonio Sagrado simboliza la importancia del vínculo matrimonial en la cultura griega.

Zeus representaba el poder supremo en el Olimpo. Presidía el consejo de los dioses y su autoridad y sus designios determinaban el curso de todas las cosas. La grandiosa estatua de Zeus en Olimpia, de oro, marfil y mármol era una de las siete maravillas del mundo. Con una altura de unos doce metros, la escultura encarnaba el temible poder del dios. En el mundo humano, Zeus garantizaba el poder de los reyes y la autoridad de las leyes de una ciudad y era asimismo guardián del orden social. Entre las múltiples manifestaciones destacan Zeus Xenios (defensor de la "amistad con los huéspedes", las corteses relaciones sociales entre familias y ciudades), Zeus Hikesios (protector de quienes se acogían a sagrado) y Zeus Horkios (protector del carácter sagrado de los juramentos). Los símbolos de su poder son el rayo y el relámpago, como corresponde al dios de los cielos, y el águila, rey de las aves. A veces se le representa con un cetro, signo del poder real, o con un rayo.

Cleantes (h. 330-h 232 a. C.), que encabezó la escuela filosófica del estoicismo desde 363 a. C., presentaba a Zeus de una forma más abstracta, considerándolo el éter esencial del universo viviente. En su obra más destacada, el Himno de Zeus, Cleantes denominaba al dios "señor del universo", y dice: "Nada se produce sin ti, ni en la tierra, ni en los cielos ni en el mar".

viernes, 2 de marzo de 2012

Prometeo y Pandora.

Los mitos de Prometeo y Pandora contribuyeron a explicar las penurias que padece la humanidad. La historia de Pandora, creada después del hombre y origen de muchas desgracias humanas; sirvió para justificar la inferioridad de la mujer entre los griegos. 

Aunque Prometeo no colaboró con los Titanes en su lucha contra Zeus, lamentaba la derrota de su raza y trató de recuperar la suya ayudando a los hombres, a quienes se trataba como iguales en la época de Crono, pero se los consideraba por entonces inferiores a los dioses. (Según cierto relato, el propio Prometeo creó al primer hombre, Fenón, con barro y agua).

Zeus se enfureció al ver como protegía Prometeo a la nueva raza y para vengarse les arrebató el fuego a los humanos, que tuvieron que vivir sin luz ni calor. Prometeo acudió en su ayuda y robó una llama de la fragua del dios Hefestos y la ocultó en un tallo de hinojo.

Zeus pidió a Hefesto que modelara a la primera mujer, Pandora, con tierra. Después de que Atenea y las demás diosas la hubieran adornado con belleza, delicadeza y encanto y de que Hermes le hubiera enseñado las artes del engaño, la enviaron con una jarra ("la caja de Pandora") a modo de regalo al hermano de Prometeo, Epimeteo, que la presentó en sociedad. Pandora abrió la jarra y soltó lo que contenía, el mal y la enfermedad y sólo quedó dentro la esperanza.

Tras haber castigado a los seres humanos, Zeus ató a Prometeo a una roca y envió a un águila para que le picoteara el hígado. Cada vez que el ave le arrancaba aquel órgano, volvía a crecer y el tormento se iniciaba de nuevo. La tortura de Prometeo se prolongó durante milenios, hasta que lo liberó Heracles.

jueves, 1 de marzo de 2012

Orígenes de la Humanidad.

Prometeo, Pandora, Deucalión, Pirra.

La mitología griega no ofrece un relato único sobre los orígenes de la raza humana y atribuye la creación de los primeros seres humanos a la tierra (Gea), los Titanes o los Olímpicos. La idea del nacimiento a partir de la tierra misma -autoctonía- aparece con frecuencia. Según cierto mito, el primer hombre fue Pélasgo, que brotó del suelo de Arcadia, en el Peloponeso, y fundó la raza de los pelasgos, antiguo pueblo no griego cuyos descendientes vivían en algunas localidades  en el siglo V a. C.

Otro mito cuenta que Zeus envió un gran diluvio a la tierra para destruir a la humanidad en castigo por los desmanes del Titán Prometeo. Prometeo aconsejó a Deucalión, su hijo, y a la esposa de éste, Pirra, hija de Epimeteo y Pandora, que construyesen un arca para sobrevivir a la catástrofe. Cuando remitieron las aguas, Deucalión y Pirra fueron a Delfos a orar a la Titánide Temis, que, según algunos relatos era la madre de Prometeo. Temis les dijo que arrojasen por encima del hombro los huesos del ser de quienes ambos descendían. Confusos al principios, después comprendieron que debía referirse a Gea, la tierra, cuyos huesos eran las piedras del suelo, y al seguir su consejo, cuando aterrizaba cada piedra que tiraban se convertía en un ser humano: las que arrojó Deucalión en hombre y las de Pirra mujeres. Así volvió a crearse la raza humana.

Se cuenta que Deucalión fundó en Atenas un templo en honor a Zeus, cuya ira se había calmado. Según una variante más sencilla de este mito, tras el diluvio la pareja ofreció un sacrificio a Zeus, que así quedó aplacado. Le prometió a Deucalión que le concedería un deseo y éste pidió que se volviese a crear la humanidad.

Los griegos consideraban a Deucalión el antepasado de su nación, el primer rey y fundador de numerosos templos y ciudades. El posterior desarrollo de la humanidad se explica con el mito de las eras o razas del hombre, cuya versión más conocida es la de Hesíodo en Los trabajos y los días. Según Hesíodo, en la época de Crono, los dioses hicieron a los primeros hombres, la raza de oro, que no estaban sujetos ni a la vejez, ni a la enfermedad, ni al trabajo, porque cogían los frutos de la tierra sin esfuerzo. Todos ellos murieron -no se sabe bien por qué- como si se quedaran dormidos, pero siguieron existiendo en forma de espíritus para proteger a los humanos. A continuación, Zeus y los Olímpicos crearon una raza de plata, que tardó un siglo en madurar; eran arrogantes y violentos y no adoraban a los dioses. Zeus los escondió bajo tierra, donde también continuaron existiendo como espíritus.

Las tres últimas razas fueron asimismo creación de Zeus. La tercera, la de bronce, descubrió los metales y dio los primeros pasos para construir una civilización, pero acabaron  matándose entre sí y pasaron ignominiosamente a los infiernos. A continuación apareció la raza de los héroes (siempre según Hesíodo, pues no todas las versiones incluyen esta raza), nacidos de madres humanas y padres divinos. Eran mortales valientes de fuerza sobrehumana y al morir iban a la Isla de los Bienaventurados. La quinta raza era la de hierro, los seres humanos modernos, para quienes el mal siempre se mezcla con el bien y necesita trabajar. según Hesíodo, esta raza desaparecería cuando los niños nacieran grises y los hombres deshonrasen a sus padres, destruyesen las ciudades y alabasen a los malvados.