viernes, 28 de septiembre de 2012

El cortejo de Gerðr.

Freyr osó sentarse en el trono de Odín, desde el que contempló los mundos inferiores. En los infiernos vio a la bella Gerðr y le embargó un irresistible deseo de poseerla.

Freyr pensó que le resultaría imposible obtener a Gerðr en el reino de los gigantes hostiles. Skaði, su madre, le rogó a Skírnir (personaje que sólo aparece en el relato titulado: Skírnismál) que ayudase a su hijo, y Freyr le dio un caballo y una espada mágica para el viaje, largo y peligroso. Al llegar el palacio de Gymir, padre de Gerðr, el caballo saltó sobre las llamas que rodeaban el edificio y le ofreció a Gerðr once manzanas de oro y el anillo de Odín que concedía riquezas, pero Gerðr se negó a casarse con Freyr, aún cuando Skírnir la amenazó con la espada. Por último, Skírnir la convenció de que su negativa desencadenaría la ira de los dioses y Gerðr accedió al matrimonio.