sábado, 9 de febrero de 2013

Oceanía.

Oceanía comprende tres regiones bien diferenciadas -Melanesia, Micronesia y Polinesia- que alberga una extraordinaria variedad de lenguas y culturas. Antes del contacto con los europeos, existían diversas clases de sociedad, desde las pequeñas comunidades de Papúa, con tan sólo 300 personas agrupadas en clanes patriarcales sin jefatura institucionalizada ni clases sociales, hasta las grandes y complejas sociedades de Nueva Zelanda y Hawai, con complicadas jerarquías políticas y religiosas y dinastías divinas de jefes.

En Melanesia no hay una jerarquía clara entre los dioses, a diferencia de lo que ocurre en Polinesia, donde puede hablarse de algo semejante a un panteón. Cometeríamos una inexactitud si definiéramos como "dioses" a los héroes culturales que, según la leyenda viajaron por el extremo meridional de Nueva Guinea, llevando las costumbres de la mortalidad, el sexo, el duelo y la guerra a los humanos. En las sociedades de las costas de Melanesia encontramos mitos cosmogónicos secretos, que sólo conocen los iniciados, como los de la región de Massim, en Nueva Guinea. Los mitos del interior de Nueva Guinea sirven fundamentalmente como ejemplos de dilemas morales y cosmológicos, expresados en términos alegóricos y sobrenaturales.

En la mitología de toda la zona se repite una serie de mitos importantes: por ejemplo, la idea de que los héroes culturales ancestrales permanecen vivos y efectivos entre sus descendientes humanos.

El contexto en el que se narran los mitos varía según las distintas regiones de Oceanía. Tradicionalmente, han encontrado su expresión más vívida y significativa en el ritual, a través del cual se conmemora la "obra de los dioses", sobre todo en la Polinesia, entre los hawaianos y los maoríes: los ritos de sacrificio a los dioses Lono y Ku de Hawai precolonial constituyen los mejores ejemplos. Los mitos de Micronesia suelen contarse por entretenimiento, fuera de un contexto ritual. Melanesia es una región mixta a este respecto: por lo general, los mitos tienen un objetivo más serio en la costa que en el interior.